En la historia de Basavilbaso vanos hechos y circunstancias se conjugaron para dar como resultado la ciudad que hoy tenemos.
En primer lugar, debemos mencionar a los primitivos habitantes de esta privilegiada zona usada como punto de vigilancia y observación por su altura (62 msnm) que supera a casi todas las aledañas por encontrarse en la cima de la Cuchilla Grande.
En realidad, por falta de medios de comunicación y la poca actividad agrícola eran muy pocos. Existían, eso sí, pequeños grupos poblacionales dispersos en el área adyacente al actual ejido urbano.
Cementerio del Arroyo Calá- Vista exterior. Las tumbas del monte eran anteriores a 1850 y podría remontarse a la época de Pancho Ramirez.
Cementerio del Arroyo Calá (Vista exterior. Las tumbas del monte eran anteriores a 1850 y podría remontarse a la época de Pancho Ramirez.
Podemos enumerar al Campamento Militar, sobre el arroyo Calá (Campamento Calá)
Cementerio del Arroyo Calá. Tumba de Furgencia Quirno.
Cementerio del Arroyo Calá. Tumba de Furgencia Quirno.
que se remonta a la época del Gral. Francisco Ramírez y que se recuerda con un "monolito", visible cerca del Cementerio de Rocamora.
La estancia de Don Manuel Basavilbaso que fué heredado por sus hijos: Clemente, Domingo, Ramón, Clara Segunda, Adolfo Clementino, Dolores y Manuel, según se dice, tenía un puesto exactamente en este lugar, además cuenta la historia que Don Manuel, era asiduo concurrente a la pulpería que existió en la manzana Nº 35 sobre la esquina noroeste, en la intersección de las actuales calles Belgrano y Urquiza, la cual se puede observar en la fotografía de la derecha.
Solar con restos de la construcción de la primera pulpería (según testimonios se instaló en la época de la construcción del ferrocarril (1887)
Solar con restos de la construcción de la primera pulpería (según testimonios se instaló en la época de la construcción del ferrocarril 1887)
Dicha estancia se encontraba muy cerca del campamento Calá, hacia el este del mismo. "El pueblito de los Antivero" al norte, la Estancia de Doña Dominga Recalde de Coronel, junto al arroyo Malo (1880), el Establecimiento de Doña María de la Paz Rodríguez de Zamarripa sobre el arroyo de la Cruz- etc. Todos ellos pertenecían al Paraje, ya conocido como, Basavilbaso en el siglo XIX, según mapa cartográfico del Sr. Inspector General de Colonias Don Guillermo Wilckens en su informe para el año de 1973. Estos habitantes fueron los beneficiados con el asentamiento de Estación Basavilbaso en el año 1997, además se cree que no fueron obreros de la empresa, pero si abastecedores de animales de tiro y alimento.
Los círculos eran utilizados para señalar los caseríos o lugares conocidos, en este caso en mapa a la derecha, se lo acompaña de la palabra "Basavilbaso". El autor pudo haber hecho referencia a la Estancia de la familia Basavilbaso, pero ubica el círculo sobre la representación de la Cuchilla Grande, lo que permite suponer que se refiere al lugar donde se levanta hoy nuestra ciudad. Según cuanta la historia allí se encontraba un puesto de referencia para el tránsito entre la Posta del Calá y la que se hallaba en la Costa del Gená.
Además se sabe de la existencia de una "gran palmera" que servía como punto de referencia a los viajeros y que estuvo en pie hasta 1948.
Un gran impulso estuvo dado por una Ley de 1883 de construcción del Ferrocarril Central Entrerriano. Este debía partir de Paraná, pasar por Nogoyá, llegar a Rosario del Tala y desde allí saldrían ramales a Villaguay y Concordia, por el norte y Concepción del Uruguay por el este. Pero el proyecto que convertía a Rosario del Tala en punto de transferencia de las diferentes líneas fue desechado por inconvenientes técnicos.
Como debido a la autonomía de las locomotoras de la época se construían estaciones cada 10 o 15 Km, finalmente se decidió que los ramales para el norte, el este y el nuevo para el sur (hacia Gualeguaychú) se iniciarían en una Estación ubicada en el Km 222,445 llamada Gobernador Basavilbaso en honor a Clemente Basavilbaso (1841-1907).
Clemente Basavilbaso era Vicegobernador de Manuel Crespo y al morir éste asumió la Gobernación el 3 de Mayo 1887 dejándola el 1 de Enero 1891 con las obras terminadas.
El nombre de la estación se adoptó por Ley el 23 de Agosto de 1887.
A este punto del recorrido le correspondía una estación de 3ra categoría, con un edificio de 4 habitaciones (la oficina administrativa del Jefe, telégrafo, cocina y habitación de los peones) y un galpón para depósito de mercaderías, al que todavía podemos apreciar frente al edificio de control.
La actividad constructiva del ferrocarril posibilitó la formación del primer grupo humano con presencia permanente en la zona aledaña a la estación Calor. Basavilbaso, principalmente jornaleros italianos que terminaron arraigándose en los pueblos del trayecto. Este hecho queda demostrado por la gran cantidad de edificaciones con reminiscencias italianas que se pueden ver en la ciudad.
El primer tren pasó el 30 de Junio de 1887 y dicha fecha es recordada como el día de origen del pueblo.
Por problemas financieros, el Estado Provincial debió transferir el ferrocarril a manos privadas y fue tomado por "The Entre Ríos Railways Company Ltd.", de capitales ingleses, en 1892.
La Ley del 23 de Agosto de 1887 dio lugar a la celebración de contratos para realizar la traza de pueblos y colonias.
El primer proyecto fue del agrimensor público Ventura Barreiro, en setiembre de 1888. El pueblo se ubicaba al sur de la vía Paraná-C. del Uruguay (actuales Barrios Oeste y Estrada), con una inclinación de 45º con respecto a éstas y al norte (lo que todavía se conserva) y que según normas provinciales favorecían la irradiación solar de la planta urbana durante todo el año. Este proyecto no prosperó por la oposición de la Soc. Anónima La Agricultora propietaria de las tierras.
El Gobierno dispuso prescindir de los campos de la Agricultora y encargó otro trazado al Agrimensor Daniel Médus (1890). Este repetía el proyecto de Barreiro, aunque sólo en el actual Barrio Oeste.
Pero el no concretarse ninguno de ellos, provocó la ubicación desordenada de edificaciones precarias, incluso en lo que serían las calles.
Poco después, la Jewish Colonization Association (JCA) compró los terrenos de la Agricultora y construyó casas cerca de la estación para alojar a los inmigrantes antes de su inserción en las colonias. En 1902, compra además los campos de la familia Basavilbaso. La JCA comienza a vender los terrenos en 1908.
El tercer proyecto de traza urbana aparece por primera vez el 30 de diciembre de 1916 proveniente de la Secretaría de Topografía y Caminos de la Provincia de Entre Ríos para la "Junta de Fomento de Basavilbaso". Éste tenía como centro a la antigua estación (donde se encuentra el edificio de "Control") y respetaba los anteriores bocetos.
En 1921, se cambia la ubicación de la estación a su actual emplazamiento y se construye el Galpón de Máquinas para mantenimiento y reparación, lo que convierte a Basavilbaso en un centro polarizador del tránsito ferroviario a nivel provincial y regional.
Como tercer eje, que ayudó a la formación de este pueblo, está la COLONIZACION, contemplada en la Constitución Nacional de 1853 y ratificada con el establecimiento de los colonos valesanos en San José, allá por 1857, favorecida por el Gral. Justo José de Urquiza.
Justo José de Urquiza
Pero la historia de la colonización de estos "pagos" comenzó en Europa, más precisamente en Londres, un 24 de Agosto de 1891, cuando el Barón Mauricio de Hirsch (1831-1896) funda la Jewish Colonization Association (JCA) con el objeto de facilitar la emigración de los judíos, que vivían oprimidos en países de Europa Central y Asia.
Gracias a la JCA comenzaron a arribar, desde 1892, miles de personas originarias de Rusia y fundaron las colonias de Clara (1892), San Antonio (1892), etc.
Los motivos que traían a estas personas eran muchos: el régimen zarista, la desintegración del Imperio Austro-Húngaro, el hambre, la desocupación, la miseria, las segregaciones políticas, raciales y religiosas y ocasionaron un verdadero "éxodo", en busca de un futuro mejor en esta tierra de Paz y Promisión.
Para millones de seres humanos la luz de la esperanza tenía un nombre América; para muchos de ellos, un punto remoto del continente: Argentina; y para un puñado, un recóndito paraje dentro de ese país inmenso, Basavilbaso, Entre Ríos.
Se acentaron los primeros colonos provenientes de la región de Jersonskaia de la Rusia del Sur, nucleados bajo el nombre de Novibuq que llegaron en viejos vapores como "Pampa", "Portugal", "Tijuaca", "Wesser", "Petrópolis" y muchos otros.
Como dijimos, un puñado de ellos llegó al país en uno de los tantos viajes del vapor Wesser, en 1889; concretando una de las últimas actividades fundacionales del Barón Hirsch.
Los inmigrantes formaron entoces colonias como Novibuq (Nuevo Grupo) o Novibuco I y II, Akerman I y II, conocidas hoy como Colonia Nº 1, 2, 3 y 4 respectivamente. Estas cuatro colonias contenian una extensión de 43.120 has. denominadas globalmente como Lucienville, en homenaje al hijo y único heredero del Barón Hirsch y la Baronesa Clara de Bischffshein: Lucien, fallecido en 1887, casualmente el mismo año del paso del primer tren por Basavilbaso.
En el año 1900 la JCA confió 1300 has. cerca de Novibuq II, donde se radicaron 17 familias, y la colonia tomó el nombre de las "1300".
En el 1902 adquirió grandes extensiones al gobernador Basavilbaso, situadas al N. y NO de la Colonia Nº I y 10.000 has. al Dr. Rafael Escriña. Dos años después vinieron más colonos judíos de Jerson que ocuparon las líneas 24, 25 y 26 al Oeste. Por el año 1914 Lucienville quedaba encerrando las estaciones de Basavilbaso, Gilbert, Rocamora, Escriña y Villa Mantero.
Antigua vivienda de colonos judíos en el barrio San José
Antigua vivienda de colonos judíos en el barrio San José
Los recién llegados construían sencillas casas de material, que aún pueden verse, rodeadas de jardines, gallineros y árboles de paraíso Cuatro casas alrededor de un potrero central formaban la "aldea". Cultivaban girasol, alfalfa y sorgo granifero.
Estos colonos, como tantos otros llegados a la Argentina, realizaron una verdadera epopeya pues superaron barreras que parecían infranqueables- idioma, religión, costumbres, falta de recursos de todo tipo, ausencia de experiencia en las tareas rurales, ya que en sus países de origen al prohibírseles poseer tierras, se dedicaban al comercio o eran artesanos en carpintería o zapatería. Pero muy pronto adoptaron las costumbres locales y se vio convivir a los criollos junto a los Rubinstein, los Yankelevich, los Rabinovich, los FinkeIstein, los Garfunkel, los Efron, etc.
Se empezó a hablar de los "gauchos judíos" como tituló a su obra Alberto Gerchunoff (1884-1950) en el año 1910.
El mismo autor dice en su libro póstumo- "Entre Ríos, mi país" (1950):
"En aquella naturaleza incomparable, bajo aquel cielo único, en el vasto sosiego de la campiña surcada de ríos, mi experiencia se ungió de fervor, que borró mis orígenes y me hizo Argentino"-. Evocando la efectiva adaptación lograda a corto plazo y cumpliendo las palabras de la Constitución Argentina... "y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino".
Podemos decir, y con razón, que la historia de Basavilbaso estuvo, desde un principio, unida al Ferrocarril y a la Comunidad Judía. Creció mientras lo hacía el F.C. y se afianzaban los colonos. Un hecho que demuestra que la vida de la ciudad se encontraba atada a los trenes y sus trabajadores fue cuando se cerraron los ramales estatales y aunque posteriormente fueron privatizados, el ritmo que tenía la ciudad aún no ha podido recuperarse.
En el presente, los habitantes y los gobernantes tienen el desafío para el futuro de encauzar el destino de Basavilbaso y cortar el cordón umbilical con el ferrocarril o con cualquier otro factor condicionante para poder levantar bien alto la frente al Siglo XXI.